Una joya de la cocina andaluza. Muy típico
en cualquier celebración o comida casera.
Se remonta a tiempos antiquísimos en los
cuales nuestras abuelas y algunas madres lo hacían con el mortero y la
machacadera.
Hoy en día los puedes hacer con la
batidora normal, es la que yo uso, o también en la Thermomix.
Ingredientes:
- Tomates muy maduros.
- Aceite de oliva.
- Pan duro del día anterior.
- Ajo.
- Aceite de oliva.
- Pan duro del día anterior.
- Ajo.
- Sal.
- Vinagre.
Para la guarnición del salmorejo:
-Huevos cocidos.
-Jamón picado.
Preparación de la receta:
En el vaso de la batidora, ponemos el pan
troceado, y los tomates lavados, pelados y cortados a trozos encima para que
suelten el jugo en el pan.
Añadimos un ajo, (mi consejo es añadir
solo la mitad y después al rectificar poner el resto si queremos más sabor),
vinagre y un chorreón generoso de aceite de oliva del de más calidad posible.
Trituramos todo con la batidora hasta
conseguir una masa muy fina y con un color rojo muy atractivo, que variará en función de la madurez del tomate y el color que tenga.
Hasta conseguirlo, rectificamos en sal,
vinagre, más aceite si está muy seco, o más tomate.
También el punto del ajo, si nos gusta más
o menos fuerte, he de decir que si te pasas con el ajo, es posible que no le
guste a todos los comensales, por eso yo prefiero echar poco al principio y
luego retocar si falta.
Se suele comer fresco del frigorífico.
También esta delicioso y tiene una
presentación excelente con huevo duro y jamón picado pequeñito.
Se come con cuchara o como mas delicioso está, mojando pan si podemos permitírnoslo.
Ponemos el salmorejo en el cuenco de
servir, y por encima el jamón troceado y el huevo.
Una yema, la aplastamos con los dedos y
espolvoreamos por encima.
Y ya está, apetecible a la vista y ni te
cuento al paladar.
Espero os resulte útil. Si tenéis alguna
duda o comentario estaré encantada de leerlo.
Tiempo de elaboración: medio.
Dificultad: baja.
Dificultad: baja.
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